La semana pasada,
mi amiga de Heidilandia CoCo vino a pasar unos días a El Pueblo Donde William Conoció
A Kate, por cuestiones de curro que se compaginaron con algo de placer. Curiosamente,
el placer consistía en retomar nuestra vida “conyugal”, pretendiendo ser una
pareja cuarentona de ésas que no discuten nunca, duermen en camas separadas y
se recuerdan mutuamente que tienen que tomar la medicación. Escocés
Incomprensible se ha divertido lo suyo comprobando que soy perfectamente capaz
de llamar a alguien “sweetheart”, “honey” y “dearest” con cara completamente
seria.
Ayer, Escocés
Incomprensible y yo llevamos a CoCo en coche a la estación de buses, para que
cogiera la conexión a Edimburgo. Al despedirse, CoCo me estrujó las costillas y
me espetó algo en la línea de “Hasta
pronto, mi horrible monstruo”. Cuando nos soltamos, me la quedé mirando unos
segundos completamente descolocada antes de hacer un teatral puchero. Tras
dejar escapar un “ooowwww”, me volví a Escocés Incomprensible.
ANuRa (señalando a
CoCo): “¿Ves? Tendrías que aprender de CoCo a decirme cosas bonitas.”
A lo que Escocés
Incomprensible y CoCo respondieron mirándose con cara de “oh no, otro momento
ANuRa”.
En defensa de Escocés
Incomprensible, tiene sentido del humor, el tipo. Mi estirón de orejas ha afianzado su costumbre
de llamarme “calamar”.
No me merezco el compañero sentimental que tengo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario