jueves, 3 de noviembre de 2011

Un tipo llamado Frank de la Jungla...

Antes de ayer me llamó Sistero diciéndome que se ha aficionado a seguir cierto programa (supuestamente) de naturaleza en La Cuatro llamado Frank de la Jungla.


Antes de nada, dejadme declarar que en lo que a ciencias generales, naturales y biología básica se refiere hace tiempo que he dejado a todos los miembros de mi familia como casos perdidos. Entre el Abuelo…

ANuRa: “Pero, Abuelo, que le digo que no hay ornitorrincos en Galicia.”

Abuelo: “Si lo sabré yo, que los vi en el río de Facós.”

ANuRa: “Serían nutrias…”
Abuelo: “Quita, ¡que yo soy de pueblo y tú sólo una urbanita que como máximo ha visto animales en libros!” (La buena educación no me permitió decirle que en cuestión de especies, habiendo trabajado en tres parques zoológicos, le ganaba por goleada, aún siendo una urbanita.)
… el Autor de Mis Días…

Autor: “Entonces, según tú, ¿de dónde venimos?”

ANuRa: “Somos simios.”

Autor: “¿Quieres decir que somos monos?”

ANuRa: “Por supuesto, somos animales.”

Autor (con todo el peso que le da su experiencia y conocimiento general de diez años estudiando teología, mirándome con pena): “Pobre, con lo que nos esforzamos con darte una buena educación y en lo que te ha quedado…” (No haberme pagado la matrícula en biología, pues. O mejor, haber impedido que cursara estudios superiores porque, al fin y al cabo, total, ¿para qué?).
… la Autora de Mis Días…

Autora: “Pues tú cuentas mucho de que la kombucha es un cuento, pero bien que en Suiza hay refrescos basados en la kombucha…”

ANuRa: “Pero son refrescos, no mejunjes con fines terapéuticos en plan curarte la hepatitis, maldita sea.”

Autora: “Excusas, excusas, tantos años de estudio… Y ahora resulta que gente sin tu formación te supera.”

ANuRa: “Claro, años de estudio y tengo menos credibilidad que la vecina del segundo piso puerta izquierda que clama que beber té acidificado le curó la úlcera. No me *****…” (Pero teniendo en cuenta que estoy aquí simplemente por buena suerte…)
… la Brodera…

Brodera: “Pues en internet pone que…”

ANuRa: “Ya lo sé. Internet tiene más credibilidad que una bióloga especializada en evolución por el simple y rastrero de argumento que si todo el mundo dice A sobre mi tema y yo digo B, lo más probable es que yo no tenga razón y que la manada de borricos de internet cuya gran mayoría ni hizo ciencias, ni consiguió acabar la ESO, sí la tenga.” (Generalizaciones, mal número uno. Mala aplicación del principio “todos dicen norte y tú eres la única que dice sur, más probabilidades habrá de que te equivoques tú que ellos”, mal número dos. A donde vaya la gente, allí va Vicente.)
… el Sistero…

Sistero: “Pero, ANuRa, al fin y al cabo, la teoría de la evolución sólo es, eso, una teoría.” (Pues suerte que sólo es una teoría, eso significa que me están pagando sólo por mi cara bonita. Tener hermanos para esto…)

… y resto de la fauna…

Tía: “Y bien, ANuRa, ¿cuándo piensas dejar de vivir de sueños y dedicarte a algo productivo?”

ANuRa: “… … …” (No sé qué me dolió más: o la implicación de que trabajar con bichos sin ser veterinario es una pérdida de tiempo o la declaración posterior de que tendría que hacer como su hija y volver a la Patria, hacer oposiciones, ganar un sueldo de fábula y formar una familia. Tendría que haberle dicho lo que cobraba yo de doctorante…)
… he llegado a la conclusión de que, si insisto en invertir tiempo en compartir datos con ellos o en esperar que en algún momento se les pegue algo de biología básica, un día de estos acabaré en el psiquiátrico presa de una depresión fulminante. De ahí que haya tomado el camino del pasotismo absoluto.

Y no, la Abuela nunca se metió conmigo en este asunto. Es más, cada vez que el Abuelo me soltaba una de las suyas, ella cerraba los ojos, meneaba rápido la cabeza sin que éste la viera, en plan “no le hagas caso”. Mientras que yo tuviera éxito en lo mío, se conformaba. Una santa y, teniendo en cuenta que soy atea, es decir mucho.

Así que, cuando mi Sistero me dijo que estaba viendo el programa Frank de la Jungla y que a la Autora y a él LES ENCANTA, dado que a) no tengo grandes expectativas y b) considerando que ambos pertenecen al grupo que siguieron con fruición “Perdidos en la selva” y “Perdidos en la ciudad”, no me tocó demasiado la moral.

Pero es que cuando empezó a cantar las maravillas del tipo en cuestión empecé a sufrir semejante amago de úlcera gástrica que casi tengo que llamar a urgencias.

Confieso que ya de buen principio no podía ser muy imparcial. En ciertos círculos he oído hablar del programa y cuentan barbaridades del dichoso Frank, al que han acusado de no tener ni **** idea (llamar a los murciélagos roedores es para matarlo) y de maltrato animal. Respecto a lo último hay quién defiende a ultranza al tipo diciendo que no fue así, pero, después de lo que me contó mi Sistero sobre cómo había empezado a tocarle las meninges a una rana para que se hinchara (mecanismo de defensa), yo me lo creo. Me creo que a) no tiene ni p*** idea y b) que el tipo es gilipollas.

Y que conste que hablo con la autoridad que me confiere ser, por este orden, BIÓLOGA, ETÓLOGA, ZOÓLOGA, ANATOMISTA, BIÓLOGA EVOLUTIVA Y HERPETÓLOGA AFICIONADA (vamos, credibilidad, ninguna). Y con el agravante, lo dicho, de no haber visto el programa, pero confiar en el criterio y la descripción de mismo de gente de mi campo y de la sangre de mi sangre (para los que no pillen la referencia: mi Sistero).

Hablemos del tal Frank, un profesor de tenis perdido en las Malasias que dice ser herpetólogo.

ANuRa: “¿Herpetólogo o aficionado a la herpetología?”

Sistero: “Dicen que herpetólogo.”

ANuRA: “Herpetólogo, mis cojones.”

Un herpetólogo de pro, con un mínimo de conocimientos, no interferiría con anfibios de esta manera. Ya suficientes remordimientos siento yo de cuando en cuando porque tengo la manía de coger sapos, que no debería hacerse, de haber ocasión (tengo una fijación eromaniática con las verrugas, ¡sorpresa!), pero al menos me tomo la molestia de humedecerme las manos para evitar dañar su piel y minimizar el estrés de los bichos (evitar darles golpecitos en plan “a ver, a ver”). Pero este hombre, no, al parecer. [Bueno, y otros: la Autora contó en cierta ocasión entre risas, cómo de pequeños hinchaban a un sapo poniéndole un cigarrillo encendido en la boca hasta que explotaba (el sapo, no el cigarrillo). “Juegos de niños de pueblo”, dijo. País…]

Sistero: “Pero si lo dicen…”

ANuRa (a la que desde hacía rato le estaban tocando la vena sensible): “También Ana Obregón dice ser bióloga, no me *****…”

Al final resulta que es, según la Santa Wikipedia, “herpetólogo sin formación científica”. Es decir, mareando menos la perdiz, aficionado a la herpetología. Vamos, que como si leo un libro de cirugía y pongo en mi currículo que sólo por eso soy “cirujana sin formación médica” y me dedico a abrir personas para juguetear con los intestinos mientras intento sacar un apéndice (que no niego que me haría ilusión por razones que los que me conozcan sabrán cuáles son). Este tipo no tiene la formación y puede juguetear (mal) con bichos. Y se le permite. Pero lo dicho, en un país que todo el mundo se cree que Ana Obregón…, etc, etc, etc…

Y, parafraseando al Autor en sus días buenos: “Será por falta de herpetólogos de verdad…”. [Recuerdo al respetable que un número considerable de biólogos no encuentra trabajo en su campo y tiene que irse al extranjero o dedicarse o bien a la educación o bien a otros menesteres que no tienen nada que ver con lo que uno o una hayan estudiado.]

Pero, por supuesto, Sistero no podía dejarlo ahí…

Sistero: “Pero es que cuando cogen biólogos de verdad os ponéis a hablar raro, soltáis palabras que nadie entiende…”

En beneficio a mi Sistero, había mil cien quilómetros de por medio, porque si no acabo con su certificado de aptitud reproductiva en menos de lo que se tarda en sacar un bisturí. Los biólogos ¿hablamos raro? ¿Hablaba raro Félix Rodríguez de la Fuente (más allá de sus cadencias, que sólo Jesús Hermida era capaz de exagerar)? ¿Hablaba raro Cousteau? ¿Hablaban raro los presentadores de los documentales de la BBC?

No. Hablaban como debían hablar y soltaban palabras de uso poco cotidiano, cierto. Nadie dice “he visto un paquidermo en el zoo”, pero si has visto documentales hechos por biólogos sabes – al contrario que mi Sistero, y sólo nos llevamos cinco años – que un paquidermo es un elefante. Llamadme carne de documental, porque me tragué todo lo que soltaba La 2 en sus días, pero antes incluso de empezar la carrera yo ya sabía lo que era un atavismo. Sabía que los gusanos era una clasificación que incluía animales de distintos grupos, algunos con nombres extraños como los poliquetos (y sabía que significaba “muchos pelos”). Sabía que las lombrices de tierra no tenían nada que ver con las lombrices del digestivo. Sabía lo que significaba bioluminiscencia, polinización, segmentación y evolución. Sabía lo que era mitosis antes de que me lo contara mi profesora de biología. Y lo sabía porque había visto los dichosos documentales con biólogos hablando raro.

Ahora desafío a cualquiera que tenga menos de veinticinco años (y que no haya estudiado biología como carrera) a que se atreva a decirme lo que significan los anteriores vocablos “raros” sin usar el Google.

Al parecer, a la gente no le gusta otra gente hablando raro… De hecho, tengo ejemplo en casa, donde en alguna ocasión me han acusado de soberbia porque utilizo terminología demasiado avanzada. Que, vale, pasa, pero se me dice e intento explicar la evolución del cerebro humano en algo más parecido al castellano público. Pero yo soy yo y los biólogos que salen en la tele en programas de divulgación normalmente están preparados para no parecer “soberbios”. Pero de ahí a que tengan a una persona sin conocimiento de causa haciendo alarde de una formación inventada, soltando y haciendo barbaridades que la gente que ve el programa asimilará, imitará y justificará con el argumento “lo vi en Frank de la Jungla”, sólo porque los biólogos hablan raro… Hay un abismo. Y al tío, le dejan hacer. Así, desfachatadamente.

Hace algunos años, tuve ocasión de entablar amistad con una bibliotecaria que tenía a su cargo una extensa colección de libros de ciencia y naturaleza. En cierta ocasión me dijo que estaba muy contenta de estar allí, pero que le daba reparo, porque ella no sabía mucho de zoología y a veces metía la pata.

Bibliotecaria: “En cierta ocasión, vino un tipo preguntando si teníamos algo sobre equinodermos.”

ANuRa: “Ah, estrellas de mar, erizos y eso.”

Bibliotecaria: “Sí. Ahora sí que sé lo que son, pero entonces no sabía lo que era un equinodermo, así que le contesté que no sabía, que tenía que consultar si teníamos algo de elefantes. (Nota: esta mujer era algo más mayor que yo, así que ella sí que había asimilado qué era un paquidermo). No sabes la vergüenza que pasé.”

No tanta como la vergüenza ajena que siento cuando pienso que alguien que no es ningún experto se dedica a dar clases de biología. Vamos a ver, hace tiempo que llegué a la conclusión de que la biología se considera una banalidad, que se nos resta credibilidad a nivel institucional, que somos chivos expiatorios cuando hay que hacer recortes… pero esto es tocar fondo. Mal está decir que yo, que creía que no podía haber gente más inepta que Steve Irving enseñando respeto por la naturaleza tocando los bemoles a animales peligrosos (bueno, su última lección, don’t fuck the fauna, fue magistral) ahora tengo que reconsiderar que Steve no estaba del todo mal. Al menos, él sabía qué estaba manipulando.

La chica anterior estaba en ese puesto por ser bibliotecaria diplomada y haber demostrado que era capaz de mantener la colección, no por sus conocimientos en biología. Pero al menos lo decía, decía que no sabía mucho del tema, no era ningún Frank de la Jungla que argumentaba que porque tenía una colección a su cargo sabía de zoología. La diferencia entre uno y otro es que la bibliotecaria era modesta y estaba dispuesta a aprender, a dirigirse a los verdaderos expertos para mejorar su trabajo, y estoy segura que con el tiempo ha aprendido mucho más del tema. Y lo que aprenderá. Porque incluso nosotros, los que trabajamos en ello, no dejamos de aprender nunca.

Por supuesto, todo cuanto pudiera yo decir no hizo mella en mi Sistero. Se toma a broma lo que yo me tomo muy en serio. El “a la gente le gusta” es argumento suficiente. Que la gente se forme en biología con bases que tiemblan como un diente cariado, no importa. Que llegue un momento en que la gente se tope con alguien versado en el tema y le diga, mentira, porque esto yo lo he visto en la tele, es un detalle sin importancia. Da igual. Total. ¿Pa qué?

Después la gente se extraña de que no quiera volver a las Patrias.

6 comentarios:

nadie dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ANuRa dijo...

Sî, mi familia tambiên se mofa de mî llamândome "la intelestual" (tal cual) o "la experta". Mucho preguntarme que quê es tal cosa y quê es la otra, para al final no hacerme ni **** caso. Eso sî, como soy zôologa, si algo le pasa al cactus soy yo la que tiene que pincharse. Guasa, Tomasa.

No sabîa que Fêlix no tuviera formaciôn en biologîa y, bueno, supongo que ha dado la impresiôn de que gente que trabaja en el asunto son para mî biôlogos todos, cuando en verdad son biôlogos, cazadores, veterinarios, guardas forestales, cuidadores y entrenadores de animales. Gente sin formaciôn especîfica puede ensenyar mucho: mis Autores se criaron en el campo y gracias a ellos he aprendido muchas cosas. Lo que me indigna de este Frank es que no es profesional, tampoco es alguien de campo. El tipo sôlo es la versiôn en aficionado biôlogo de la protagonista de La Tesis de Nancy y la gente le aplaude como si hubiera descubierto Amêrica, habiendo mucha gente que es mucho mâs capaz de êl. Me pregunto quê tipo de enchufe debe tener en La Cuatro. Patêtico...

nadie dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
exseminarista ye-ye dijo...

¿Me lo dices o me lo cuentas? :-P

Por cierto, tu blog me hace ver chiribitas, que lo sepas, eso de blanco sobre negro... ;-)

Besos, salud y saludos.

ANuRa dijo...

Oîdo cocina, verê quê se puede hacer con el formato, pero ahora no que el miêrcoles sale el artîculo y ahora la prensa dice que quiere foticos y grâficos y sardina en salmuera... Tengo un cuarto de hora para dibujar todos los ôrganos por separado.
Besos! Y bienvenido de vuelta, Ex!

ANuRa dijo...

Ex-seminarista, el nuevo estilo del blog es mejor para tus ojos cansados? *eyelashes battering* Ahora es muy aburrido, tengo que disenyar un encabezado mâs chulo...