O eso parece.
Me explico: hay en el instituto una persona, género masculino, unos añitos más joven que yo, con la que tengo un tiro y afloja bastante particular. Es una persona muy simpática y agradable, pero tenerla cerca, dependiendo del día, hora y conjunción astral, em treu de polleguera. Así. Literal.
La cuestión es que esta semana he estado con los nervios de punta, mi cuerpo desenterró el hacha de guerra el lunes y, desde entonces, estoy como para echarme paja con una horca. Mi táctica para que esto no tuviera consecuencias sociales más allá de … fue aislarme, no contestar a nadie en Feisbuk y esperar que las hormonas, el cambio de estación o el disgusto por el resultado de las elecciones me dieran tregua.
Que no me la han dado… aún, pero qué más da.
Pues bien, el lunes a primera hora de la mañana, cuando estaba en plena efervescencia, el tipo se pasó por mi oficina con ganas de xit-xat y yo, que soy tan sutil como un elefante en una tienda de porcelana, le solté semejante rebufo en plan “hoy no estoy por nadie” que al parecer le dolió en el alma. Supongo que el hecho de que el pasado fin de semana estuvimos unos cuantos y yo misma en su casa de campo añadió lo suyo a la injuria. Asco que me doy. Pero era eso o acabar pegándole cuatro gritos.
Pero es que hoy le he pedido disculpas y el tipo me ha respondido con un “no estoy ofendido porque estés de mal humor, estoy ofendido porque sólo lo estás conmigo…”.
Y ahí me ha dejado plana.
Y he estado reflexionando sobre la verdad de la declaración y he llegado a la conclusión que algo de razón tiene. Si en una semana doy diez coces, nueve se las lleva él. Y darme cuenta ha sido una desazón. Aparte de traerme a la memoria el fatal dictamen infantil de los que se desean se pelean (que no es el caso, creedme), me ha estado reconcomiendo cómo demonios puedo ser así de cabrona.
Que tiene su gustillo, lo de ser cabrona, pero a lo que íbamos.
Que soy cabrona con él más que con el resto. Y una que es de ciencias, aunque carece de conocimientos básicos de psicología (Tati, help!), me he pasado un buen rato intentando, no ya racionalizar, sino encontrar las razones de este comportamiento.
Punto número uno: no, no se cumple el veredicto infantil (a Agatha gracias).
Punto número dos: no, no es porque tenga tendencias psicopáticas (aunque poco faltaría).
Punto número tres: no, no es que de pronto sea una “bully” (demasiados años en el frente contrario, imagino).
Resultado del primer round: en serio, ni **** idea.
Viendo que analizando un caso aislado no daba frutos, intenté buscar otros casos similares y encontré tres casos sintomáticos del comportamiento observado (glups) y cinco puntuales (casos en los que el participante sólo me sacaba momentáneamente de mis casillas). Todo esto controlando por lazos familiares, porque si añado parentesco la muestra toma tamaños desproporcionados.
Y, bueno, al final he llegado a la conclusión de que tengo alergia a la dadivosidad. Ríete, Manuela. Todos fueron casos en los que la persona participante estaba demasiado pendiente de mí, relegaba demasiado en mi opinión y/o me trataba de forma diferencial al resto. Un caso en particular fue por el extremo de caballerosidad: el tipo me abría la puerta, intentaba quitarme el abrigo (yo no me dejaba) y dejarme en la puerta de casa. Lo mandé a la mierda de forma fulminante tras decirle que, vale, torpe soy, pero no tanto.
He llegado a la conclusión que no me gusta la gente excesivamente simpática. Lo cual no deja de ser un incongruencia.
Ahora el intríngulis es explicárselo al tipo…
9 comentarios:
Es que eres de lo peor. Un encanto, cierto, pero de lo peor :-D
Para explicárselo: haz una gráfica o algo.
Besos, salud y saludos desde la España que vuelve a amanecer :'(
Hey, JP. Respecto al primer comentario, no intento convencer a nadie. Es que tengo una colega muy discreta (sentido irônico) que desde ese fin de semana no deja de darme la murga con la frasecita de marras.
Respecto al segundo: vamos a ver, entre Ex y tû a ver si os ponêis de acuerdo. Que uno se queja de que ve chiribitas cada vez que lee algo en el blog, que a ver si cambio el fondo, y tû vienes ahora con que lo encuentras soso... No tengo todo el tiempo del mundo que dedicarle a esto, asî que sentâos, ofreced un informe sobre "posibles mejoras recomendadas por los dos ûnicos lectores de este blog" y cumplirê con todos vuestros deseos exceptuando postear desnudos que no sean masculinos y ser simpâtica con vosotros (este blog existe, ante todo, como vâlvula de escape).
En fin... voy a volver a la correcciôn de la tesis: futura fecha de entrega si no se nos cae el cielo encima: miêrcoles.
Mujer, lo mío de las chiribitas es simplemente por las letras blancas sobre fondo negro de las entradas, no del casi inexistente gris que deduzco es del título del blog, que sí que es muy sosainas, la verdad.
Pero dada tu próxima presentación de la tesis y tal, se te puede perdonar. Un fisco, más que sea ;-)
Beso y tal.
ANuRa: "OS ODIO!!!!"
Severus Snape, alias amigo invisible, limpiândose las unyas con la varita y con absoluta desgana: "No, ANuRa, no los odias, sôlo lo dices para que se sientan mejor."
ANuRa: "Severus, sabes por dônde te puedes meter las citas de Eddings?"
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/apuntes-en-sucio/2011/12/16/te-caigo-mal.html
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