Esta historia tuvo sus comienzos en el primer año de especialidad de Organismos y Sistemas (traducido: tercer año de carrera made in Universidad de Barcelona, porque ellos así lo valen). Una mañana, recién llegada a clase de biología de poblaciones (primera asignatura que nos dieron en PowerPoint, lo más megaguay visto y por haber), me vino una compañera de clase con un artículo sobre la morfología y anatomía de los centauros, perpetrado por un emérito profesor de anatomía alemán, sacado de un tal Annals of Improbable Research (la revista de la investigación improbable… de ser publicada o de ser realizada, a saber).
En retrospectiva, llego a la conclusión de que ya entonces la gente sabía de qué percal estaba yo hecha. Sobretodo teniendo en cuenta que entonces aún no había sacado a la luz mi vena más tanatofílica o comiquera, porque no se entiende de ninguna otra forma cómo esta compañera mía supo que semejante pieza científica podría interesarme. De cara al futuro – de ese día hasta el presente y más allá – supongo que el descubrimiento de este journal fue otro paso más en dirección al abismo de la friquez consensuada.
Todo el que me conozca sabe que, cual cabra, a ratos tiro al monte. Odio la cutrería en todos los sentidos, pero sigo año tras año Eurovision Song Contest (y disfruto con el mismo como una enana). Odio el nacionalismo y todas sus implicaciones, pero cuando un mundial cruza la programación animo al equipo compatriota como la que más, exceptuando exhibiciones de ropa interior, que aquí hace rasca (pondré como excusa que me gusta poder participar en algo que sea capaz de emocionar, alegrar o unificar a un conjunto de desconocidos, soy así cuando me pilla la vena floja). Odio llamar la atención, pero siempre me quedo con la boca abierta – de pura envidia – cuando veo a gente haciendo cosplay. No creo en campañas virales, pero si hay que ponerse en plan pechugón para un Bookquake Day, me pongo, y porque no me he enterado de ninguna iniciativa para hacer aquí en Zurich un SlutWalk, que si no me apuntaba…
Resumiendo, que aunque intento ser seria (y ya sé que muy bien no me sale la seriedad, ya me lo digo yo antes de que empecéis vosotros), hay ratos en los que se me cruzan los cables. Y, bueno, que ya estaba tardando yo en admitir que me encanta seguir los Ig Nobels, los premios otorgados por el Annals of Improbable Research, para homenajear, como antítesis de los premios Nobel, a los estudios más estrambóticos o ¿innecesarios? realizados durante el año anterior. Porque la ciencia también puede ser divertida, por ello estudios científicos que primero te hacen reír y luego te hacen pensar merecen también un premio. [Y porque no me pongo a hablar de los Darwin Awards…]
"Last, but not least, there are the Ig Nobel awards. These come with little cash, but much cachet, and reward those research projects that 'first make people laugh, and then make them think'" — Nature
¿Ejemplos? El estudio que demostró que estadísticamente la tostada no cae siempre del lado de la mantequilla. O aquel estudio que contó el número de ácaros que puede haber en una cama. O aquél que demostró que los mosquitos huyen del olor a pies. O el estudio que presentó la patente de un sujetador que podía transformarse en dos máscaras antigás (si incluso Neil Gaiman se probó una)...
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Neil Gaiman es el tercero contando desde la izquierda... |
Lo jodido es que la entrega de los Ig Nobels se celebra en Boston y la casa no está para tirar cohetes y menos para los gastos de transporte hacia Ueseá (además, seguro que viendo lo dispuesta que estoy seguro – segurísimo – que me retienen en la frontera), aparte de que las entradas se suelen agotar a las horas de abrirse la veda, pero que no me sacan de la ilu que me haría poder asistir a una de las ceremonias, poder tirar aviones de papel a los homenajeados, observar in situ como Mrs Sweetie Poo cuadra a los ponentes o participar en el evento Win-a-Date-With-a-Nobel-Laureate Contest ("gana una cita con un premio Nobel", todos los asistentes participan en una rifa y quien gana puede pasar una tarde con uno de los cuatro premios Nobel – los noruegos, los auténticos, los genuinos – que se encargan de entregar los galardones).
[A continuación, el resultado de un exceso de imaginación producido por el aburrimiento.
ANuRa telefoneando a casa: “Autora de mis Días… que el próximo viernes no me llaméis, que tengo una cita en un restaurante carillo en Boston con el Nobel de Medicina de compañía… No me vayas después a hacer el tercer grado porque no cojo el teléfono… ... Ah, ¿que me vas a hacer el tercer grado igual?… ... Sí, vamos solos, está casado. ¡Má, que qué voy a dar de mal pensar! Si podría ser mi abuelo, ¡no fastidies!”]
Pues eso, que estoy completamente convencida de que la entrega de los Ig Nobels es el mayor evento científico habido y por haber. Y quería compartir esta opinión con el respetable. Porque si algo quiero hacer es asistir como mínimo una vez.
…
…
Y ser candidata a un Ig Nobel…
Madredelamorhermoso, eso sería como navidad, reyes, cumpleaños, santo número uno, santo número dos, defensa exitosa de tesis, artículo de Nature, pleno al quince y la biblioteca de Jay Walker todo en una…
Que me salivo tóa, vamos…
3 comentarios:
No, no la he visto, pero sigo los ganadores de los DA cada anyo.
Sobre los IgNobels, estoy convenciendo a la penya de hacer una sentada delante de la pantalla del museo de antropologîa para ver a travês de internet la ceremonia. Lo malo es que la hora serâ intempestuosa... Malditas franjas horarias...
También sigo ambos (Darwin e IgN) desde hace años y sí, lo reconozco, ¡me haría muchísima ilusión ser uno de los nominados! Molaría muy mucho. A los IgN, claro, no a los Darwin :-D
De las poquitas cosas buenas que le encontré a los EE.UU. es que los AIR los podía comprar en el par de librerías de camino al curro y no dejé de hacerlo en el año que estuve allí. De hecho deben estar en algún armario de casa padres. Creo recordar que venía a decir que reseñaba/publicaban (y premiaban) investigaciones que era improbable que se reprodujeran o que no deberían serlo, o algo así.
Tentado estuve de suscribirme cuando iba a volver (puedes hacerlo por interné), pero al final me conformé con el Analog y el Asimov, friki que es uno ;-)
Venga, besos, salud y eso.
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