Dado que estos días no he escrito nada en el blog, creo que al menos tengo que justificar por qué, mientras estuve en Escocia, no he tenido qué contar.
La respuesta es variada. Primero de todo, porque ha sido la primera vez en todos estos viajes que he dado por el mundo en el que he tenido ganas de hacer turismo de motu propio. Budapest, Tervuren, Leuven, Chicago... ninguna de estas ciudades me ha inspirado con una atmósfera similar a la Edimburgo (por aclarar las dudas, es donde he estado recluida estas últimas tres semanas, despedazando – cómo no – un montón de bichos). Desde el momento en el que pude vislumbrar el barrio viejo de la ciudad – un domingo a las nueve de la noche, allí aún de día, con un ambiente victoriano, nuboso y de temperatura refrescante – se me quedó clavada en la boca una estúpida sonrisa de éxtasis. Cuando lo primero que ves de la ciudad es, por este orden, un bus anunciando tours de fantasmas, un monumento de gótico recargado (
el de Scott) y flechas en dirección a las
Mazmorras de Edimburgo, para después ver a tipos en kilt y otro par más disfrazados en plan decimonónico... chico, si eres una aficionada del romanticismo (como yo), del fantástico (como yo) y de temperaturas frescas (como yo... veintipico grados, a lo sumo, cuando en Barna se asan a cuarenta), tienes la impresión de estar entrando en el paraíso.
Estos días en la brumosa Escocia, he gastado más suela de zapato que en el resto de viajes de doctorado juntos. He estado en el
Elephant House Café, lugar de nacimiento de Harry Potter (y Severus Snape... hecho importante donde los haya), en el
Frankestein Pub, en el
Jekyll & Hyde, en las Mazmorras de Edimburgo (nunca había hecho tantas risas intentando pasar miedo), en la fábrica de cashimir (donde Miau y yo nos hicimos una serie de fotos disfrazadas de mercenarios escoceses, tal vez incluso me atreva a colgarlas), en el castillo, en
Arthur's Seat (a donde subimos con Jörg un domingo noche, buena hora para hacer montañismo) y para qué seguir contando... Dos fines de semana no dan para mucho, cuando te entran ganas de ver una ciudad tan deliciosamente tenebrosa como Edimburgo. Si no, preguntadle a Miau, que tuvo la buena, o mala, suerte de pasar conmigo el segundo fin de semana (para después culminar su viaje por Gran Bretaña pudiendo ver en persona a Alan Rickman en la premiere de la película de HP6 en Londres, suertuda ella... porque tenía un montón de cadáveres en el congelador, que si no yo también hubiera ido).
Conclusión, que del blog estos días ni me he acordado. Y preguntaréis: ¿y entre semana? Entre semana, queridos míos, me he dedicado a leer como una descosida. Porque eso es lo que me pasa cuando estoy de viaje: como no tengo las distracciones habituales, siempre acabo entrando en la primera librería que pillo y acabo comprando algo que sé que no me puedo dar el lujo de comprar. Al menos, puedo decir que las compras en Edimburgo han valido la pena.
Así que, como no tengo nada mejor qué hacer, os voy a decir en qué he invertido las tardes después de despachar vísceras de primate (bendita sea, que por fin he encontrado unos cuantos). Si más no, espero que mis recomendaciones literarias no caigan en saco roto.

Primer volumen:
“Kalix – Werwölfin aus London” (Kalix – Mujer loba de Londres; Lonely Werwolf Girl) de
Martin Millar, en alemán, de la Editorial Fischer. Es el libro que me llevé de casa para leerme en el avión de ida, ya que hacía escala en Amsterdam y tenía tiempo de sobra. Me duró la primera semana, porque es un buen tocho. La trama se centra en la persona – o bestia, según se mire – de Kalix, una adolescente licántropa, anoréxica, adicta al láudano y mendiga, que se pasa gran parte de la novela intentando escapar de otros hombres lobo y cazadores de licántropos, aunque en el fondo da la impresión de que morir para la pobre sería una bendición. Kalix pertenece a una familia de hombres lobo puros y, debido a ciertas circunstancias de su nacimiento, tiene la bestia a flor de piel. La razón por la cual todo el mundo la persigue es que atacó a su padre y lo dejó muy lisiado. Las subtramas son muy interesantes, pero las constantes referencias al mundo de la moda y las reacciones de los personajes me hacen sospechar que detrás del autor se esconde en verdad una autora. Por lo demás, la novela es bastante ligera, llena de enredos (hacía tiempo que no leía un libro tan parecido a un culebrón), sin demasiadas pretensiones (aparte de las traumáticas transformaciones y las escenas de lucha) y entretenida. El final está abierto y es probable que haya una segunda parte. Teniendo en cuenta que a mí los hombres lobo me encantan (y que he disfrutado con este libro como una cría, aunque tampoco tenía demasiadas expectativas), seguramente acabaré comprándome, de haberla, la continuación. No tengo ni idea de si se ha publicado en castellano. Echadle un ojo si podéis.

Segundo volumen: “
A Grave Surprise” (Una sorpresa en la tumba, traduciría yo) de Charlaine
Harris. Los que hayan leído mi anterior
entrada sobre la serie de novelas sobre Sookie Stackhouse, sobretodo el párrafo en el que me dirijo a Charlaine en persona, sabrán que hacerse con libros de sus otras series estaba en la lista de asuntos pendientes de la que aquí escribe. Pues bien, buscando en una librería la novena novela de Sookie (aunque sólo fuera por leerme un par de páginas mientras espero que salga la edición de bolsillo), me encontré con este libro, que es el segundo de la serie de Harper Connelly. La protagonista de esta serie es Harper, una chica que tras sufrir en sus carnes un rayo que le ha dejado algunas secuelas físicas tiene la capacidad de localizar muertos y saber las causas de su muerte. En compañía de su hermano (que no es hermano) Tolliver, Harper ofrece sus servicios para encontrar gente desaparecida o aclarar bajo qué circunstancias murieron ciertas personas. En esta novela, durante una sesión en un cementerio en la que un doctor universitario intenta demostrar – en balde – que Harper es un fraude, ésta descubre en una tumba un cuerpo que no debería estar allí y que pertenece a una niña que Harper y Tolliver estuvieron buscando en el pasado. Mi impresión después de leer esta novela es que ni de lejos le llega a las suelas de los zapatos a las de la serie de Sookie. Intentando anclarse lo máximo posible a la realidad cotidiana, lo único sobrenatural es Harper y los psíquicos que van dando vueltas por ahí. Ni vampiros, ni hombres lobo, ni brujas, ni fauna fantástica que se precie. En todo caso, los muertos sirven bien de paliativo para una persona tan tanatofílica como yo, así que no me arrepiento de haber comprado el libro.
Tercer volumen: "
An Ice Cold Grave" (Una tumba helada) de Charlaine Harris, tercer libro – y por ahora último – de la serie de Harper Connelly. Más de lo mismo, sólo que esta vez Harper tiene un asesino en serie al cuello. ¿Por qué tengo la impresión de que todas las protagonistas de Harris tienen dificultades para hacerse un seguro a todo riesgo?

Cuarto volumen: "
A Graveyard Book" (Un libro de cementerio) de
Neil Gaiman. A estas alturas, si no me conocéis, ya tendréis cierta idea de por dónde tiran mis preferencias literarias. A este libro (infantil) ya le había echado un ojo las pasadas Navidades en Barcelona, pero cuando me decidí a comprarlo ya estaba completamente agotado en inglés. Según el resumen, es la historia de un niño que es criado por los habitantes de un cementerio – la mayor parte de ellos, fantasmas – dentro del mismo cementerio. Cabe decir que la publicación de este libro me ha fastidiado un proyecto que tenía en el tintero desde hace años, la historia de una niña llamada Azraela Rebeco que vive en un cementerio. Mi historia es ligeramente distinta porque Azraela vive en el cementerio porque toda su familia ha vivido allí anteriormente. Esta historia mamaba de “A Nice and Private Place” de Peter Beagle (que Azraela se apellidara Rebeco se debía a John Rebeck, el único protagonista vivo de la novela de Beagle). A pesar de mis resquemores, “A Graveyard Book” es muy entretenida, en la misma línea de Coraline, del mismo autor. Cada vez estoy más convencida de que, al lado del altar a Alan Rickman tendría que hacerle un nicho a Neil Gaiman: el tipo bien se lo merece.

Quinto volumen: “
Hellboy – The Conqueror Worm” de
Mike Mignola. No quería comprarlo, pero estaba de oferta y me acordé de que mi hermano quiere practicar inglés (aunque yo esté haciéndome la colección de Hellboy en alemán, porque el formato de esta edición es más pequeño y molón). En la misma línea de otros volúmenes que haya podido leerme de Hellboy. En todo caso, hace gracia la introducción de Guillermo del Toro (cuya novela aún tengo que conseguir).

Sexto volumen: "
The League of Extraordinary Gentlemen – Century 1910” de
Alan Moore y Kevin O'Neill. Debo decir que ME ENCANTA la serie de la Liga de los Hombres Extraordinarios, que Orlando me cae genial (aunque es un machista incluso siendo mujer) y que la película me pareció un insulto a la obra de estos dos autores. Irme sin el cuarto volumen después de descubrirlo en una librería era para tirarme al río con un peso atado a los pies. No me decepcionó ni lo más mínimo, aunque a estas alturas hay momentos en los que no tengo ni idea a qué referencias literarias se remiten los autores cuando aparecen ciertos personajes (creo que ya es hora que consulte la página web). Esta historia está situada – en la cronología – entre el segundo volumen, el de la recreación de la Guerra de los Mundos de H.G. Wells, año 1898, y el tercer volumen, que se sitúa en una Inglaterra gobernada por el Gran Hermano, año1958.

Séptimo volumen: “
The Sandman – Endless Nights” de Neil Gaiman y otros. Estando en Chicago me compré el primer volumen de la serie de “The Sandman” y me encantó. Por desgracia, en la librería no tenían el segundo, pero tenían un volumen extra fuera de la serie con siete historias protagonizadas por o referidas a cada uno de los “Endless” (¿Eternos?): Destiny (Destino), Death (Muerte), Dream (Sueño), Destruction (Destrucción), Despair (Desespero), Delight (Delicia) y Desire (Deseo); cada una de ellas escrita por Gaiman, pero dibujadas por diferentes autores. Cuál fue mi sorpresa al ver que la historia de Sueño estaba dibujada por
Miguelanxo Prado, dibujante al que adoro y cuya película
De Profundis no me canso de recomendar (y regalar). Junto a la historia de Deseo, dibujada por Milo Manara, es lo mejor del tomo. Las historias de Delicia y Desespero, por el otro lado, son tan gráficamente chocantes (aún más que las de “30 días de oscuridad”) que aún estoy tratando de desencriptarlas.

Octavo volumen: “
Bad Science” (Mala Ciencia) de
Ben Goldacre. Incluir este libro en esta lista está un poco pillado por los pelos. Lo compré en el aeropuerto de Edimburgo antes de zarpar a Amsterdam (otra vez) y me lo acabé poco antes de aterrizar en Zurich. Lo cogí porque
Pharyngula hablaba maravillas sobre el mismo y me picó la curiosidad. Eso y la lectura del capítulo 10 online (después explico por qué). Ben Goldacre es un doctor en medicina que tiene una columna en la que se dedica a poner en evidencia casos de mala interpretación o de falsificación científica. El libro es un compendio (y aclaración) de qué es lo que no funciona, por qué hay científicos (o tipos que se hacen pasar por científicos) que mienten, por qué los medios de comunicación suelen ser los peores enemigos de estudios científicos bien hechos y qué consecuencias tiene la malversación, malinterpretación y falsificación de los mismos. El capítulo 10 anteriormente citado trata sobre cómo una empresa farmacéutica emprendió – con éxito – una campaña difamatoria sobre los retrovirales contra el VIH en Sudáfrica, argumentado que los mismos eran los causantes del alto índice de infectados y que la única manera de curar el SIDA era tomar las vitaminas de la empresa. Todo esto con respaldo del gobierno sudafricano. Este capítulo tuvo que ser retirado de la primera edición de Bad Science porque el autor fue acusado de difamación y perjurio (o algo así... francamente, la situación que expone Ben es tan increíble y ridícula que no he conseguido retener los detalles). Hace unos meses, se retiró la denuncia, después de muchos litigios, y Ben publicó el capítulo online. Me alegró poder comprobar que mi edición del libro incluía ya el capítulo. Os recomiendo su lectura, sobretodo si sois de los tenéis dudas sobre la homeopatía. El libro pone, de principio a fin, los pelos de punta.
Y con esto acabo la lista. Tengo otro libro más en el tintero, que me compré a la vez que Bad Science y que promete (los dos primeros capítulos son hilarantes), pero creo que merece un post aparte, ya que tendría que explicar varias cosas sobre otros campos de la literatura que me gustan y que aún no han salido a colación, pero, tranquilos, no tardaré.
Pongo a Alan Rickman por testigo...
4 comentarios:
...que devoraré todas las páginas que alcancen mis ojos con avidez. Qué pasada, chica, eres mi heroína en el intenso y arduo mundo de la lectura! Yo hace tanto que dejé de ser ratoncita de biblioteca y me aferro a los pocos períodos al año en que tengo tiempo y ganas de ponerme a ello, mientras se me acumula "el trabajo" en estanterías :P
De todas maneras, yo que pensaba limpiar parte de la balda de "pendientes" este verano... ¡agggggggg! ahora va a estar oucpado ese espacio por varios de los libros que has reseñado. Porque me has puesto los dientes largos con la de P&P&Zombies, pero del de Bad Science es que voy a tener que comprarme un cargamento para mí y los regalos de cumpleaños que tenga q hacer en clase este año xDDD viene de perlas! Y ese material divulgativo es para nosotros como el documental de Michael Moore sobre la Sanidad estadounidense.
También me apunto - y lo siento XD porque aquí discrepan nuestros gustos considerablemente - los de la otra heroína de Charlaine Harris: porque lo mío va más por los derroteros de lo paranormal que lo ,abiertamente monstruoso ;) salvo que hablemos de vampiros :P que entonces los abrazo con amor xD Y eso de un doctor intentando demostrar que la chica es un hoax, y el trabajo en equipo, y descubrir lo ocurrido realmente con gente fallecida... moooola. Sólo espero que refleje ese mundillo con menos azúcar que mi odiada "Ghost Whisperer".
Los de Neil Gaiman (sip, incluyo Coraline) tengo que pillarlos en cuanto me sea posible... este hombre ha acabado fascinándome. Qué crack, really. Se ha convertido para mí en el Tim Burton de la literatura infantil-juvenil contemporánea xD
Aishhh Escocia. Que envidia más sana me corroe :P es uno de los sitios que me muero por conocer, como Dublín, NY ó Oxford :) Pero me alegra MUCHÍSIMO que lo pasaras tan de puta madre, y que pudieras hacer turismo friki con tu amiga :D
Debo decir al respecto que tuve la SUERTE en mayúsculas de pasar un fin de semana excursionero con Anura, y fué más que eso, 4 días intensos! Recordarme que jamás realice una excursión borreguera en autocar, juer si hasta te cronometran pa ir a mear!! suerte que Anura me hizo reir y que las vistas eran espectaculares.
Y sip Alan Rickman está genial! eso de tenerlo a dos palmos de una es....en dos palabras: Im-prezionante!!
Miau
Eso, Miau-Elizabeth, dame aún más envidia... Bueno, YO al menos tengo una foto con uno de esos megapósters de Harry Potter en Edimburgo, con Severus Snape en primer plano. Je, je...
Me pasó lo mismo con Delirio y Desespero, de hecho voy a reintentar descifrarlas esta noche antes de devolver el cómic :-P
Salud y eso
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