jueves, 30 de julio de 2009

Jane Austen y Zombies… Wooow…

It is a truth universally acknowledged that a zombie in possession of brains must be in want of more brains.
(Es una verdad universalmente conocida que un zombie en posesión de un cerebro tiene que desear más cerebros.)


Debo confesar, aunque me dé reparos reconocerlo, que aquí dónde me leéis soy de esas personas que siguen con gran interés ciertos campos de la novela rosa.

Sí, habéis leído bien: estoy escribiendo sobre esos tochos de papel cuyas tramas tratan mayoritariamente de pasiones desmedidas, amores imposibles, sentimientos desbocados, venganza, traición, quieros y no puedos, despechos, lágrimas y que suelen acabar – por norma general – en alguna que otra boda.

Debo decir, en mi defensa, que mis gustos en lo que a novela romántica se refiere son tanto particulares y un poquitín – sólo un poquitín – anticuados. Damas y caballeros, soy una enamorada de las novelas románticas decimonónicas, de las cuales las de Jane Austen son, sin lugar a dudas, mis favoritas. Desde que tuve ocasión de leer “Orgullo y prejuicio” por primera vez (una edición nefasta, cabe decir, y llena de erratas, cuya editorial no recuerdo, ocurrió en Almería 1999), no he podido desengancharme. De tener ocasión de echarle un vistazo a mi biblioteca particular, dejando a la derecha los libros de biología, a la izquierda los cómics y en el centro todas mis novelas, os sorprendería ver toooooodas las obras de Jane (en versión original) entre los libros de ciencia ficción y los de fantasía épica (junto a Jane Eyre, de Charlotte Brönte, el primer libro que me leí en inglés y por el que siento un especial cariño).

Aún a estas alturas no sabría decir porqué me gustan tantos estas novelas. Desde el punto de vista moderno, los roles femeninos que presentan son denigrantes y obsoletos. Las relaciones entre hombres y mujeres han cambiado una barbaridad desde entonces (en este sentido, se han complicado lo indecible) y lo de casarse por amor y pasión desbordante es algo que no entra en mis esquemas. Pero me gustan, estas novelas me encantan. Sobretodo cuando me doy cuenta de lo feminista que Jane Austen era para la época: todas sus protagonistas acaban casadas – después de sufrir una cantidad invariable de tormento emocional, eso sí – con gente que aman, se niegan a renunciar a su voz y voto por una boda de conveniencia y son, dentro de las circunstancias, tremendamente independientes.

Si saco el tema a colación es que el último libro que compré en el aeropuerto de Edimburgo (“compra dos y el segundo te lo llevas a mitad de precio”) y que cite en la anterior entrada, tiene mucho que ver con Jane Austen. El título, “Pride and Prejuice and Zombies” es de lo más esclarecedor, y creo que, si lo leéis detenidamente, sabréis por dónde van los tiros. Sí, habéis acertado, es una adaptación de la novela “Orgullo y Prejuicio”, pero con zombies. La trama en sí es un calco de la novela original, capítulo por capítulo, en un estilo un poco más simplista, donde las hermanas Bennett siguen buscando maridos – original – bajo la tutela de una madre completamente estúpida – original – mientras se dedican a aniquilar a los zombies que llevan cincuenta años plagando los campos de la hermosa Inglaterra – totalmente nuevo. Armada con katanas, mosquetes y artes marciales hasta rallar lo absurdo, Elizabeth Bennett es una consumada guerrera shaolin, la mejor de entre sus hermanas, que se pasa la mitad de la novela en la posición de grulla o decapitando zombies a diestro y siniestro, mientras se rompe la cabeza sobre si ama u odia al acaudalado Mr Darcy (al que se plantea matar después de enterarse que fue él el culpable de que Bingley dejara plantada a su hermana), o sobre si debe o no decapitar a su mejor amiga Charlotte, en vías de transformarse en zombie.

Vale, lo reconozco, la trama es francamente ridícula. Y no se acaba de entender que vendan semejante híbrido literario como un best-seller. Y mi particular gusto por novelas bien escritas se quedó temblando después de leer los primeros capítulos. Pero, ¿y lo que me reí? Porque me estuve riendo de principio a fin… Y la gracia que me hizo encontrarme con un libro que vincula de manera tan absurda dos temas completamente dispares de mi preferencia.


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La escena más impactante: cuando durante el primer baile la casa de Bingley es atacada por un grupo de zombies y el padre de las hermanas Bennett suelta a voz de grito: “Chicas, haced el Pentagrama de la Muerte”. Ni los Power Rangers…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira lo que me he reído con la portada de la novela (ARTE PURO, ARTE PURO!!!!!(l) Y MACABRO XD AHORA LA QUIERO NA MÁS Q X LA PORTADA XDDD) y la quote de Mr Bennett... IMPAGABLE! XDDD Debería contratarte la editorial (con comisión eso sí XD) como representante...porque venderías como churros.

Creo que esa novela tiene el humor cachondo que tira al surrealismo, y es ideal para una sátira de semejante obra maestra (porque sí, aquí me confieso ¡y sin vergüenza, que todo el que me conoce bien lo sabe!- que soy una fanática del period drama: Austen, las Brönte, Dickens, Gaskell...).

Me preguntó qué cara se le quedará a Mr. Darcy cuando su querida Lizzie le diga: "no, cari, esta noche no podemos ponernos a traer al mundo un pequeño Fitzwilliam, que tengo que salir a matar zombies!" XDDDD

Y estoy de acuerdo contigo en la explicación que has encontrado a nuestra extraña fascinación por novelas rosas de hace dos siglos y que acaban todas en bodorrio predecible. Es justo eso, el relativo feminismo que enalza a la heroína romántica, y esos héroes de semblante sombrío, con pasados turbios o trágicos, serios...xo de los que nos enamoramos perdidamente ;)

Leia Miau dijo...

Anura, tómatelo con calma, a este ritmo vas a acabar leyendo los prospectos de los medicamentos!
Esta chica lee todo lo que cae en sus manos.

Miau

ANuRa dijo...

Eso también me lo leo. Tranquila, en estos instantes estoy haciendo una pausa de lectura (tampoco tengo tanto tiempo). Lo único que estoy leyendo estos días es The Virago Book of Ghost Stories. Como puedes comprobar una buena lectura de cabecera... Duermo como una santa.