lunes, 13 de mayo de 2013

Eurovisión 2013


Llevo un mes dando la tabarra en el curro con la convocatoria de este año. La fiesta de Eurovisión del año pasado fue tan genial que no quería dejar pasar la oportunidad de repetir la locura. Descubrí entonces que tengo la grandísima suerte de que en El Pueblo Donde William Conoció A Kate hay un montón de fans de ESC. Veinticinco personas, doce nacionalidades, atrincheradas en un cuarto de quince metros cuadrados con dos perros durante cuatro horas… lo bien que nos lo pasamos.

Este año, todo hay que decirlo, el panorama es ligeramente diferente. Para empezar, Sally, que fue la que acogió a las masas en aquella ocasión, está fuera del país. Aunque no habría servido de mucho que estuviera por aquí, dado que al parecer este año no renovó la licencia de televisión y, por tanto, no tiene conexión. Yo este año tengo espacio (no vivo ya de prestado), pero tampoco tengo la licencia… podría usar la conexión del canal de televisión de Eurovisión online, pero la gente de por aquí le tiene cariño al comentarista, que es de un ácido que coloca. La conexión es imprescindible, pues.

Hace dos semanas, se nos ofreció la posibilidad de ir a casa de Screaming Buddy, que tiene sitio y conexión, pero vive a quince millas en el siguiente Gran Pueblo. Hace cinco días, el problema fue simplificado gracias a la intercesión de Alice Wonderland, la compañera de piso de Caballeroso.

Alice W.: “ANuRa, ¿vendrías a mi fiesta de Eurovisión?” 
ANuRa: “¡Cómo, tú También? I LOVE YOU!!!!”
La pega fue la consciencia: tenía apalabrada la presencia de medio departamento, y me da cosa invitar de segundas a la gente, pero Alice Wonderland parece que es de la filosofía de “quants més siguem, més riurem” y me dijo que adelante. Es mi heroína.

Otra gran diferencia este año es contar (o no) con la complicidad de Escocés Incomprensible. A Escocés Incomprensible le encanta la música moderna, es un genio en quizzes musicales. Se dejó arrastrar cuando descubrió que me entusiasmaba la versión británica de “La Voz” (llegó a comentarle a Screaming Buddy que le sorprendió ese aspecto en mí, nunca hubiera dicho que soy carne de programa musical de buscatalentos, y al parecer Screaming Buddy sintió tres cuartos de lo mismo). Hasta que probó la sangre. Ahora cada sábado tarde acabamos en su casa, con palomitas y refrescos, viendo las performances. Creo que ha asumido que tengo cierto criterio televisivo… o al menos un criterio televisivo que incluso le puede resultar entretenido. Pero hasta ayer mismo no entendía por qué llevaba varias semanas con el coñazo de Eurovisión. Cabe decir que es voluntarioso y estaba presto a aguantar conmigo las semifinales, exclusivamente, dado que tenía excusa para la final (va a la despedida de soltero de su hermano, seems legit), pero seguía sin comprender por qué yo (y el resto de la panda) were making such a big thing about it.

La iluminación llegó ayer de mano de un show cómico de la BBC titulado “Cómo ganar Eurovisión”, donde hacían un resumen bastante general de las peculiaridades y grandes momentos del concurso.

Escocés (tras diez minutos): “Wow, ¿esto va en serio? ¿Eurovisión es así?”
ANuRa (en plan sensei): “Si, mi pequeño saltamontes.”
Escocés: “Oh, mierda, ahora estoy sintiendo verdaderamente no poder ir a vuestra Eurovision Song Contest Party.”
ANuRa: “No quería soltar un ya te lo dije, pero, bueno, lo obvio…”
Escocés (haciendo cábalas): “Hagamos una cosa: programo el video para grabarlo y cuando vuelva de Glasgow vemos la final una segunda vez juntos. ¿Te parece? ¿Podrás reprimir los spoilers?”
ANuRa: “Ouchh… eso será difícil, pero lo intentaré…”
Me hinché como un pavo al comprobar lo fácil que había resultado pervertirlo… al final conseguiré que sea más friqui de lo que ya es.

Esta semana es, pues, SOLO Eurovisión, con ciertas salvedades.

No podré ver en directo la primera semifinal (mañana, a las ocho, hora de Londres), porque Escocés Incomprensible tiene entradas para un show cómico desde hace medio año (el tipo planea con visión de futuro…), así que veré y documentare, en compañía de Escocés, la primera semifinal el miércoles.

La segunda semifinal (jueves, a las ocho, hora de Londres) la veremos y documentaremos en vivo y en directo.

La final la veré en casa de Alice Wonderland y, bueno, si hacemos el drinking game como la última vez, no creo que tenga tiempo de documentar. Tenemos programado hacer un concurso de favoritos, poner comida nacional del país que cada uno tenga en gracia (las Patrias son mías, así que improvisaré una paella).

El lunes, con Escocés Incomprensible de vuelta, volveré a ver la final. Quizás comente.

Estoy completamente en-tu-sias-ma-da.

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